Voces Laja Bajío
Juntos llegamos más lejos
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Víctor Manuel García Flores En el siglo XVI los españoles que radicaban en la Villa de Nuestra Señora de la Purísima Concepción de Zalaya, la actual Celaya, establecieron los primeros asentamientos coloniales en el actual territorio santacrucense, siendo haciendas que eran centros agrícolas y […]
ColaboradoresVíctor Manuel García Flores
En el siglo XVI los españoles que radicaban en la Villa de Nuestra Señora de la Purísima Concepción de Zalaya, la actual Celaya, establecieron los primeros asentamientos coloniales en el actual territorio santacrucense, siendo haciendas que eran centros agrícolas y ganaderos con una casa grande y extensas áreas para sembrar y para el pasteo de animales; siendo propiedades de españoles radicando en otras ciudades; los encargados de vigilar las tareas propias de estos asentamientos eran los mayordomos y los capataces, algunos españoles, criollos y mestizos; y los que ejecutaban los trabajos en los campos eran peones indígenas otomíes o hñahñúes, quienes con la conquista española perdieron su libertad, sus terrenos, sus creencias religiosas, sus costumbres y pasaron a ser peones de las haciendas. Desde 1570 las primeras haciendas que se establecieron en el actual Santa Cruz de Juventino Rosas, Guanajuato, fueron: Los Llanos, Comontuoso, San Antonio, Valencia, El Sauz, Santa Crucita, Romerillo y El Tecolote.
En 1570 se estableció la hacienda de Los Llanos, el primer asentamiento colonial en estos terrenos, cuyo primer propietario fue el español don Gaspar de Salvago. Se encuentra destruida.
En el año de 1593 fue el establecimiento de la hacienda de Comontuoso, sin duda alguna, el asentamiento más importante y el segundo más antiguo de la época de la colonia; en cuyos terrenos cercanos, se realizó la fundación de Santa Cruz de Comontuoso. El primer propietario de la hacienda de Comontuoso, fue el español don Gaspar de Valdés.
Los documentos consultados en investigación, asientan que el primer dueño de la hacienda lo fue don Gaspar de Valdés y quizá después, don Agustín De Valdés y Portugal; posteriormente, el propietario fue don Cristóbal Cano y Molina y sus herederos.
En el Bajío de Guanajuato, como quedó establecido, los otomíes o hñahñúes, con la creación de las haciendas por españoles perdieron su libertad y sus comunidades al convertirse en peones y vivir en las cercanías de sus casas grandes; sin embargo, con el paso del tiempo algunos indígenas que le mostraban lealtad al hacendado y que se ganaban la confianza de éste, empezaron a ser arrendatarios o “ranchear” parcelas, o sea rentar, para trabajarlas por su cuenta pagando por ello cierta cantidad en dinero o en especie, con los productos de las cosechas. Así, los naturales del lugar que “rancheaban” algunas parcelas, comenzaron a construir sus viviendas al pie de las parcelas que rentaban, por lo que los asentamientos en terrenos de las haciendas comenzaron a proliferar, ya no estando ellos alrededor de los cascos de las mismas. Esto sucedió también en la hacienda de Comontuoso y los arrendatarios indígenas y varios dirigentes trabajadores españoles, criollos y mestizos se encontraban dispersos, sin tener un lugar para realizar sus doctrinas religiosas.
Don Cristóbal Cano y Molina, fue propietario de la hacienda de Comontuoso desde 1631. Radicaba en Celaya, en donde fue alcalde mayor de 1637 a 1640. En 1631 vende a don Baltasar Centeno, natural otomí o hñahñú arrendatario de estos lares, medio sitio de caballería para estancia de ganado al este de la casa grande de la hacienda. En estos terrenos, los descendientes de don Baltasar Centeno establecieron el poblado que hasta ahora se denomina como Rincón de Centeno, la población más antigua de este municipio.
En 1666 don Cristóbal Cano y Molina vende al nativo otomí o hñahñú arrendatario don Diego Martín, un rancho que ya venía rentando el indígena. Terrenos del sur de la casa grande de la hacienda, de tres caballerías de tierra en 560 pesos oro; como quedó asentado en la escritura de fecha 17 de septiembre de 1666, pasada ante la fe del escribano real Andrés Pacheco de la jurisdicción de Celaya.
Tiempo después, don Juan Cano de Tovar y don Miguel Cano de Tovar, descendientes de don Cristóbal Cano y Molina, el 29 de septiembre de 1680 venden un cuarto de caballería de terreno de la hacienda de Comontuoso a los descendientes de don Diego Martín: Baltasar, Martín, José, Felipe, y Santiago, todos de apellido Martín, en la cantidad de 40 pesos oro; lo anterior, consta en escritura de esta fecha, pasada ante la fe de los escribanos reales José de Haro y José Estrada de la jurisdicción de Celaya.
El terreno que en 1666 fue comprado por don Diego Martín y el adquirido por sus descendientes en 1680, en conjunto, en adelante sería conocido como Santiaguillo de Cuendá, actualmente Santiago de Cuendá, la segunda población más antigua de las localidades de este municipio.
Doña Margarita Cano continuó como propietaria de la hacienda de Comontuoso, descendiente de don Cristóbal Cano y Molina, a quien afectaron los terrenos en donde se fundó Santa Cruz de Comontuoso, desde 1717 a 1721.
El 21 de septiembre de 1717, don José de Villa y Urrutia comisionado por el alcalde mayor de León, previa notificación hecha a la propietaria de la hacienda de Comontuoso doña Margarita Cano, se constituyó en el Bajío al pie de la Sierra de Codornices, parte de la Sierra Central del actual estado de Guanajuato, concretamente al norte de la casa grande en terrenos cercanos siendo afectados a la hacienda; como teniente general de partido de la alcaldía mayor de León, por orden del virrey para fundar un pueblo-doctrina, a los arrendatarios indígenas y a trabajadores como mayordomos y capataces de dicha hacienda, españoles, criollos y mestizos, que vivían dispersos, les asignó a cada jefe de familia de éstos un solar, correspondiente a una manzana, y se dejaron tres solares reservados, uno para la casa curial, otro para la casa de gobierno y otro para la plaza. El 9 de octubre de 1718, el virrey Baltasar de Zúñiga Guzmán Sotomayor y Mendoza otorga la fundación y el nombre oficial del pueblo de Santa Cruz de Comontuoso. Terminado el templo para realizar sus doctrinas religiosas católicas, la fundación oficial de Santa Cruz de Comontuoso, fue el 3 de mayo de 1721.
Tras esta fundación oficial como pueblo-doctrina, doña Margarita Cano dueña de la hacienda de Comontuoso, inicia un juicio tratando de que le devolvieran los terrenos en donde se fundó este pueblo. En 1745, las Cortes de Madrid fallan a favor de los españoles, criollos, mestizos e indígenas, que ya poblaban en Santa Cruz de Comontuoso en Nueva España.
Señores de Abencerraje, matrimonio de origen morisco, quienes llegaron a la ciudad de Celaya desde Córdoba, España, a fines del siglo XVIII; adquirieron la hacienda de Comontuoso, en la jurisdicción de Santa Cruz de Comontuoso, misma que reconstruyeron con ventanas ojivales, alfeizares rematados con alamares de estuco y caprichosos herrajes en los barandales, que no negaron el lugar de origen de los señores Abencerraje, que continuaba igual hasta los setenta del siglo XX.
A fines del siglo XIX, adquirieron la hacienda de Comontuoso, los españoles siendo hermanos Juan y José Arizmendi.
Pánfilo Peñaflor Campos, hacendado, nacido en Salamanca, Guanajuato en 1855.De origen humilde, en la década de los setenta del siglo XIX al morir su padre, junto con su madre y sus hermanas María Guadalupe y María del Carmen se van a radicar al pueblo de Santa Cruz. En esta población Pánfilo contrae matrimonio con Melitona Gómez Guerrero única hija del rico comerciante Bruno Gómez, que al morir su padre, Melitona se convierte en la única heredera. Así, el capital de su esposa y su habilidad innata de Pánfilo para los negocios, les permitieron a incrementar la fortuna y en 1903 comprar la hacienda de Comontuoso a los hermanos de origen español, Juan y José Arizmendi. La hacienda de Comontuoso era la segunda más antigua de Santa Cruz. Hasta antes de la revolución, todos los propietarios de las haciendas del país eran españoles o criollos. Un hacendado de Tlaxcala y Pánfilo Peñaflor, eran los únicos hacendados mexicanos no españoles. Del matrimonio de Pánfilo y Melitona nació en 1903 Jesús María Peñaflor Gómez. El 27 de septiembre de 1937, a la edad de 82 años fallece Pánfilo Peñaflor Campos. Jesús María se convirtió en el heredero y casó con la queretana Sara Palacios Borja y fue presidente municipal de Juventino Rosas en 1950-1951. Sus nietos de Pánfilo e hijos de Jesús María, siendo René y Mariano Peñaflor Palacios, actualmente son los propietarios de la ex-hacienda de Comontuoso, en Santa Cruz de Juventino Rosas, Guanajuato. Semidestruida desde los setenta del siglo XX.
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